Es probable que en alguna ocasión hayas oído hablar acerca de la válvula de recirculación de gases de escape en un automóvil. Este componente está asociado con la reducción de emisiones y se encuentra en todos los vehículos. Con el tiempo, es frecuente que esta pieza se desgaste, y es común recibir información al respecto, especialmente en automóviles con motores diésel, debido a los problemas y averías que suelen presentarse. En Ancrisa, te ofrecemos toda la información relacionada con la válvula EGR, incluyendo su funcionamiento, los cuidados necesarios y los posibles fallos.
¿Qué es la válvula EGR?
La función principal de esta válvula consiste en volver a dirigir parte de los gases expulsados por el escape hacia la entrada del motor, con el propósito de disminuir las emisiones de óxido de nitrógeno del vehículo. La EGR establece una conexión entre los conductos de escape y los de admisión, y su apertura está determinada por diversos factores. La clave para reducir los óxidos de nitrógeno (NOx) reside en la disminución de la temperatura durante el proceso de combustión.
Precio de la pieza
El precio medio para sustituir una válvula EGR suele rondar los 350 euros, incluyendo el coste del recambio y la mano de obra. Si no es necesario reemplazarla por una nueva y solo se requiere una limpieza profunda con máquinas especializadas, el precio puede oscilar entre los 50 y 100 euros. Consulta todas las piezas de los coches SEAT.
Consejos para evitar averías en la válvula EGR
Evitar averías en un componente mecánico de un automóvil puede ser complicado, pero se puede prevenir problemas y alargar la vida útil de la válvula mediante ciertas prácticas beneficiosas. La EGR es particularmente susceptible a la acumulación de suciedad, especialmente en entornos urbanos y en los filtros de partículas.
Adoptar la estrategia de conducir a altas revoluciones de forma ocasional y extender ligeramente el cambio de marchas resulta efectivo para disminuir la carga sobre la EGR y evitar su sobresfuerzo. La conducción habitual en áreas urbanas y el uso de marchas cortas con bajas revoluciones, especialmente en vehículos diésel, son comúnmente las principales causas de fallas en este componente. Es una de las reparaciones más comunes en estos coches.
¿Cómo funciona la válvula EGR?
En los últimos diseños, el funcionamiento de la válvula EGR está gestionado por los sensores de temperatura del motor. Según la información suministrada por estos sensores, la ECU (unidad de control del motor) emite señales para activar o desactivar la válvula.
Cuando se cumplen las condiciones para la apertura de la válvula, esta se pone en funcionamiento mediante un actuador de vacío o un actuador eléctrico. La activación eléctrica es más prevalente en los vehículos contemporáneos, ya que posibilita un control más preciso del grado de apertura de la válvula. De este modo, se consigue reducir la temperatura de los gases antes de que ingresen a los cilindros del motor, lo que conlleva a la disminución de las emisiones de NOx. Esto beneficia directamente a los vehículos en las emisiones para cumplir con las normativas medioambientales.
Mantenimiento y limpieza de la válvula EGR
El mantenimiento de la válvula EGR pueden diferir según si es de naturaleza mecánica o electrónica. En el caso de que sea de tipo electrónico y experimente algún deterioro, es probable que sea necesario sustituirla. Sin embargo, si deseas evitar incurrir en el costo de una pieza de repuesto, puedes recurrir a un taller especializado que realice una limpieza exhaustiva.
En el escenario de una válvula EGR de índole mecánica, los procedimientos para su limpieza son más sencillos. Únicamente debes abrir el capó, desconectar el cable negro de la batería y luego retirar los conductos de ventilación superiores e inferiores. La válvula EGR estará visible y podrás desmontarla extrayendo los tornillos que la sujetan al colector mediante una llave inglesa.
Una vez desmontada, lleva a cabo la limpieza de los conductos de entrada y salida empleando un limpiador específico para carburadores. Utiliza un cepillo impregnado en desengrasante para eliminar cualquier acumulación de suciedad. Después de la limpieza, vuelve a montar todas las piezas siguiendo las indicaciones del manual del vehículo y asegurándote de que las juntas de goma estén adecuadamente selladas para prevenir posibles fugas.